RELACIÓN
COMPLETA DE MITOS
(MITOS
PARA EL S. XXI)
CIRCE
Circe es una maga que forma parte del elenco de
personajes que aparecen en la Odisea y en las leyendas de los Argonautas. Según
la tradición, es hija del Sol y de Hécate.
Habita en Ea,
isla a la que llega Ulises junto con sus compañeros. Puesto que desconocían si
la isla estaba habitada, el héroe envía a la mitad de su tripulación a explorar
el territorio. El grupo se adentra en el bosque y llega a un valle, donde los
hombres descubren un brillante palacio. Todos entran en él, a excepción de
Euríloco, quien decide ocultarse y observar qué tipo de bienvenida reciben sus
compañeros. La anfitriona, que no es otra que Circe, les invita a pasar, a
sentarse y a participar en un banquete. Euríloco advierte que después de probar
los manjares y bebidas, Circe toca a los invitados con una varita y los
transforma en animales de todo tipo: leones, cerdos, perros…, cada uno según su
naturaleza y carácter. Euríloco se apresura a contarle la aventura a Ulises,
quien decide visitar a la hechicera. Por el camino se encuentra con el dios
Hermes y mantiene una conversación con él, gracias a la cual averigua qué debe
hacer para evitar las artes de Circe: echar en los brebajes una planta mágica
llamada moly. Así, solo bastará
desenvainar la espada para que Circe desencante a sus amigos. Siguiendo las
instrucciones del dios, Ulises se presenta ante la maga y tras beber lo que
Circe le ofrece mezclado con moly, se
hace invulnerable al encantamiento. Amenaza así a la maga y consigue que
devuelva a los marineros a su forma primera. Debido a la atracción que surge
entre la hechicera y el héroe, Ulises permanecerá en la isla junto a Circe un
año completo.
La figura de Circe representa el modelo actual de femme fatale, es decir, de una mujer que
utiliza su belleza, influencia e inteligencia para conseguir alcanzar sus
propósitos. Actualmente, este prototipo femenino es utilizado con mucha
frecuencia en el mundo del cine y la publicidad.
HELENA
Helena era la mujer más hermosa del
mundo y la esposa de Menelao, por la cual lucharon los griegos durante diez
años ante Troya. Se dice que es hija de Zeus y Leda, aunque tiene como padre
“humano” a Tindáreo. Sus hermanos son los Dióscuros, Cástor y Pólux, y
Clitemnestra, esposa de Agamenón. Cuando Helena alcanzó la edad adecuada para
casarse, una multitud de pretendientes se presentó en Esparta para desposarla.
Tindáreo, temiendo que al elegir su hija a uno de los jóvenes el resto se
ofendiera, aceptó el consejo de Ulises, según el cual todos los pretendientes
debían comprometerse a aceptar la elección de la joven y acudir en auxilio del
elegido en caso de que Helena fuese raptada. Finalmente, Helena eligió a
Menelao, con quien tuvo una hija, Hermíone. Sin embargo, puesto que Afrodita
había prometido a Paris, príncipe de Troya, entregarle la mujer más bella del
mundo como premio por considerarla en el juicio la diosa más hermosa, aconseja
al príncipe marchar a Esparta. Allí se encuentra con Helena y fascinado por su
belleza la rapta y se la lleva consigo a Troya, donde fue acogida por los reyes
Príamo y Hécuba. Su situación durante la guerra fue bastante falsa: es
compatriota de los enemigos y siente simpatía por ellos. Los troyanos
desconfían con razón de ella, no en vano, al llegar la noche fatal en lo alto
de la ciudadela agita la antorcha, que era la señal convenida para el regreso
de la flota griega, emboscada a lo largo de la costa de Ténedos. Tras la guerra
regresa a Esparta con Menelao.
Helena es la mujer que, constantemente amenazada,
sortea los peligros y sabe que su hermosura la sacará de todos los malos pasos.
Sin embargo, también es víctima de su propia belleza, ya que no puede escapar
de su propia condición y naturaleza: solamente pasará a la historia como modelo
de belleza femenino.
AQUILES
La leyenda de Aquiles es una de las
más ricas y antiguas de la mitología griega. Era hijo de Peleo y de la diosa
Tetis, hija de Océano. Su educación corrió a cargo del centauro Quirón. Tetis,
obsesionada con la vulnerabilidad de su hijo, buscaba la forma de volverlo
inmortal; así pues, lo sumergió en las aguas del Éstige, el río infernal. Esta
agua tenía la virtud de hacer invulnerables a todos los que en ella se
sumergían. Sin embargo, el talón por el que Tetis sostenía al niño no fue
tocado por el agua milagrosa y quedó vulnerable. Cuando llega el momento de
partir hacia Troya, Tetis le advierte del peligro que corre, pues si va a Troya
su fama será inmensa, pero breve su vida. Si por el contrario se queda, vivirá
muchos años pero sin gloria. Sin vacilar, Aquiles opta por la vida corta y
gloriosa. En el décimo año de guerra tiene lugar la riña con Agamenón por
Briseida. Su negativa a luchar y las victorias de los troyanos provocan que
Patroclo le pida prestada su armadura a Aquiles. Este acaba accediendo. No
obstante, Patroclo sucumbe a los golpes de Héctor y Aquiles, roto por el dolor,
busca venganza en la muerte del príncipe troyano. Tras dar muerte a Héctor,
Aquiles ata su cadáver al carro y lo arrastra alrededor de Troya. Se celebran
los funerales por Patroclo en el campamento griego y varios días después
Aquiles accede a entregar el cadáver de Héctor a Príamo. El final de Aquiles
recae en manos de Paris, quien oculto detrás de la estatua del dios Apolo le
disparará una flecha en el talón cuando el héroe griego acude desarmado al
templo del dios para acordar con Príamo su matrimonio con la hija de este,
Polixena.
Una de las moralejas principales que
se obtienen del mito de Aquiles es la consecuencia que encierra el vivir el día
a día intensamente sin límites, aunque ello suponga vivir una vida fugaz.
ATENEA / MINERVA
Diosa identificada en Roma con Minerva, Atenea es hija
de Zeus y de Metis. Esta se hallaba encinta y a punto de dar a luz una hija
cuando Zeus se la tragó. Lo hizo por consejo de Gea y Urano, pues le revelaron
que si Metis tenía una hija, a continuación tendría un hijo que arrebataría a
Zeus el imperio del cielo. Llegado el momento del parto, el padre le ordenó al
dios Hefesto que le partiese la cabeza de un hachazo. De la cabeza salió una
joven completamente armada: Atenea. Ofrecerá su protección a varios héroes de
la mitología griega, entre ellos Odiseo (Ulises), Perseo y Heracles (Hércules).
Esta protección simboliza el auxilio aportado por el espíritu a la fuerza bruta
y al valor personal de los héroes, pues Atenea es considerada en el mundo
griego como la diosa de la Razón por excelencia. Preside las artes y la
literatura y en su carácter de diosa de la actividad inteligente, protege a las
tejedoras, hilanderas, bordadoras, etc. Su ingeniosidad, unida a su espíritu
bélico, la llevó a inventar el carro de guerra. Dedicó, además, su talento al
arte de la paz, y en el Ática se le reconocían, entre otras obras buenas, la
introducción del olivo en el país. El olivo era el regalo que había hecho al
Ática para logar que su pueblo la reconociese como soberana. Poseidón le
disputaba esta soberanía y cada uno intentó ofrecer al país el mejor regalo
posible. Poseidón, de un golpe con el tridente, hizo surgir un lago de agua salada
en medio de la Acrópolis. Atenea, en cambio, hizo brotar un olivo, gracias al
cual resultó vencedora del certamen. Los atributos de Atenea eran la lanza, el
casco y la égida, una especie de coraza hecha de piel de cabra. En su escudo
fijó la cabeza de la Gorgona Medusa, que le había dado Perseo y que tenía la
virtud de convertir en piedra a quien la mirara. Su animal favorito era el
mochuelo. Alta, de rasgos serenos, era más majestuosa que bella.
Ella se convertirá en el prototipo de mujer activa en las
artes, de la actividad física y de la sabiduría. No en vano, su madre Metis era
la diosa de la inteligencia y su nacimiento se produjo desde la cabeza de su
padre, representando la inteligencia del propio Zeus.
EOLO
Hijo de Poseidón, se le identifica con el Señor de los
Vientos. Cuando Odiseo (Ulises) en el curso de sus viajes, llega a la isla
Eolia, Eolo lo recibió cordialmente y lo retuvo un mes a su lado. Al partir, le
entregó un odre en el cual estaban encerrados todos los vientos excepto uno, el
que debía llevarlo directamente a Ítaca. Pero mientras Odiseo dormía, sus
compañeros abrieron el odre creyendo que estaba lleno de vino y los vientos se
escaparon, desencadenando una tempestad que arrojó la nave a la costa de Eolia,
pero Eolo esta vez se desentendió de él y lo despidió.
La figura de Eolo en la actualidad sigue vinculada al
viento, de ahí toma el nombre la energía eólica, es decir, la energía que se
toma del viento, siendo esta una de las energías renovables más empleadas en
España.
ATALANTA
Atalanta fue una heroína cuyo padre la abandonó en el
monte. Una osa la amamantó hasta que unos cazadores la recogieron y la criaron.
Convertida ya en mujer, Atalanta no quiso casarse, bien por mantenerse fiel a
su protectora Ártemis, bien porque un oráculo había vaticinado que, si lo
hacía, se convertiría en un animal. Atalanta era muy ligera y corría
velozmente. Por eso, había anunciado que su esposo sería únicamente el hombre
capaz de vencerla a la carrera, con la condición de que, si ella era la
vencedora, mataría a su contrincante.
Numerosos jóvenes encontraron la muerte de este modo cuando surgió un
nuevo pretendiente, Hipómenes. El recién llegado traía consigo unas manzanas de
oro procedentes del Jardín de las Hespérides que le había entregado Afrodita.
Durante la carrera, en el momento en que iba a ser alcanzado, el joven fue
arrojando una a una las manzanas doradas a los pies de Atalanta. Ella se fue
parando para recogerlas y así Hipómenes consiguió vencer en la carrera y
casarse con Atalanta. Más tarde, en el curso de una cacería, Zeus convirtió a
ambos amantes en leones.
Detrás de este mito se esconde la reivindicación de la
igualdad entre hombres y mujeres, derecho que en la Antigüedad Clásica estaba
vetado a la mujer, no sólo ya a nivel político, social y económico, sino
también en el mundo del deporte.
DIDO
La leyenda de Dido, reina de
Cartago, es conocida sobre todo gracias a la Eneida de Virgilio, pero existía
con anterioridad. El rey de Tiro, Muto, tenía dos hijos, Pigmalión y Elisa
(Elisa es el nombre tirio de Dido). Al morir legó el reino a sus hijos y el
pueblo reconoció como rey a Pigmalión. Elisa se casó con Sicarbas (o Siqueo,
según Virgilio), sacerdote de Heracles, pero Pigmalión hizo asesinar a Sicarbas
para apoderarse de sus tesoros, lo cual no logró, pues su hermana, horrorizada
por el crimen, decidió huir. Cargó secretamente los tesoros de Sicarbas en
varios barcos y escapó acompañada de nobles tirios. Desembarcaron en África,
donde fueron bien recibidos por los indígenas. Estos permitieron a Dido tomar
una porción de tierra “que pudiera abarcar una piel de buey”. Dido recortó una
piel en tiras delgadísimas y obtuvo así un largo cordón con el que rodeó un
territorio bastante extenso. Los indígenas le concedieron la tierra así
delimitada. Virgilio utiliza esta leyenda incluyéndola en su extenso poema
épico. Eneas, héroe troyano, es arrojado por una tempestad a las costas de
África y recogido por los habitantes de Cartago, la ciudad fundada por Dido. En
el curso de un banquete celebrado en su honor, Eneas narra sus aventuras y la
caída de Troya. Después, mientras sus compañeros reparan las naves, él se acoge
a la hospitalidad de la reina, que poco a poco va enamorándose de él. Al fin,
en una cacería cuando una tormenta los ha reunido en busca de cobijo en una
misma gruta, ella se convierte en su amante por voluntad de Venus e instigación
de Juno. Sin embargo, Júpiter que conoce el destino y sabe que Eneas fundará
una ciudad en Italia que dará origen a Roma, ordena la partida del héroe. Eneas
se va sin volver a ver a la reina. Dido, al verse abandonada, levanta una gran
pira y se quita la vida arrojándose a las llamas.
De este mito resalta especialmente
la hospitalidad de la reina hacia el inmigrante (en este caso Eneas) que busca
cobijo y asilo durante la búsqueda de un nuevo hogar.
APOLO
Apolo es hijo de Zeus y Leto y
hermano gemelo de Ártemis. Se le conoce como el dios de las artes, del arco y las flechas, siendo
identificado con la luz de la verdad.
Era el dios de las plagas y enfermedades,
pero también de la curación y
de la protección contra las fuerzas malignas. También era el dios de la belleza,
de la perfección, de la armonía,
del equilibrio y de la razón,
el iniciador de los jóvenes en el mundo de los adultos y protector de pastores, marineros y arqueros.
Invitaba a los hombres a conocerse a
sí mismos y a ser conscientes de sus errores y pecados y
era el agente de su purificación;
presidía las leyes de la religión y
las constituciones de las ciudades.
Era símbolo de inspiración profética y artística,
siendo el patrono del oráculo de Delfos,
y guía de las nueve musas,
las diosas que inspiran las artes. Como jefe de las musas inspiradoras
actuaba como dios patrón de la
música y la poesía.
La lira se
convirtió en el atributo más común de Apolo.
Apolo, por tanto, se convierte en la
deidad que impulsa la inspiración artística y la luz de la razón.
ELECTRA
Electra es
hija de Agamenón, rey de Micenas, y su esposa, la reina Clitemnestra,
hermana de Helena de Troya. Agamenón y Clitemnestra tenían además otro hijo más
joven, Orestes, y otra hija, Ifigenia, que
había sido sacrificada por su propio padre a cambio de protección en
su camino hacia Troya.
Tras marchar Helena con
Paris, Agamenón se embarcó a Troya y allí asedió la ciudad durante
diez años, hasta que finalmente la tomó mediante el famoso engaño del Caballo
de Troya. Mientras tanto Clitemnestra fue seducida por Egisto. Cuando
el rey volvió, Egisto lo asesinó con la ayuda de
Clitemnestra. Electra fue testigo y se llenó de odio hacia Egisto y hacia su
propia madre por haberle arrebatado a su padre.
Desde ese momento Electra vivió
esperando el momento de la venganza. Esta ocasión llegó años después, cuando
Orestes volvió ya convertido en adulto y, tras haber hecho creer a todos que
había muerto, entró en el palacio real, ayudado por su amigo Pílades, para acabar
con Egisto y Clitemnestra y reclamar su lugar
como sucesor legítimo de su padre. Así lo hizo, pero la visión de su madre
muerta con su puñal en el pecho lo empujó hacia un estado de locura que lo hizo
huir, atormentado por las Furias. Al final Orestes fue perdonado por los
propios dioses ya que su venganza fue el punto final de una cadena de
injusticias. Un tiempo después Electra contrajo matrimonio con Pílades,
Electra actúa movida por el amor
hacia Agamenón, por eso se da el nombre de "complejo de Electra" a la
atracción afectiva de las niñas hacia su padre.
EDIPO
Era
hijo de Layo y Yocasta,
reyes de Tebas. El oráculo de Delfos les advirtió de que el hijo que tuvieran
llegaría a ser el asesino de su
padre y más tarde se casaría con su madre. Cuando nació su primogénito,
Layo encargó a un conocido suyo que lo matase, pero el niño fue abandonado en el monte para que
muriera.
Un pastor escuchó el lamento del bebé y
lo salvó, llevándoselo a los reyes de Corinto, que lo criaron como suyo. Con el
tiempo el niño, llamado Edipo, para acallar ciertos rumores decidió ir hasta el oráculo de Delfos para que
le diera respuestas sobre su futuro. El oráculo le pronosticó lo mismo que a
los reyes de Tebas. Edipo entonces se marchó de lejos de su hogar. Durante el
camino se enfrentó a un viajero al
que dio muerte accidentalmente; se trataba de Layo, su padre, aunque
Edipo no lo sabía. Después dio con un
horrible monstruo, la esfinge, a la que consiguió vencer en una prueba.
Creonte, hermano de Yocasta, había ofrecido la mano de su hermana y, por consiguiente, el trono de Tebas, al
que consiguiera vencer la esfinge.
Creonte
cumplió con lo prometido: Edipo vivió
feliz durante muchos años junto a su mujer y a los hijos que había tenido con
ella. Pero la felicidad se vio truncada cuando llegó una epidemia de peste. Ante este problema acudió al oráculo de Delfos para
que le dijera cómo solucionarlo.
El oráculo aseguró que sólo se acabaría cuando el asesino de Layo fuera expulsado de Tebas. Edipo comenzó
entonces a investigar hasta que descubrió la verdad, que había sido él el
asesino y se había casado con su
propia madre.
Yocasta
no pudo soportar esto y se suicidó.
La noticia afectó tanto a Edipo que se sacó los ojos con una espada. Sobre su final hay distintas versiones,
que hablan de que se exilió.
Edipo se casó con su propia madre,
sin saberlo, por lo que se da el nombre de "complejo de Edipo" a la
atracción afectiva de los niños hacia su madre.
DÉDALO
Dédalo
era arquitecto, artesano e inventor muy hábil que vivía en Atenas. Aprendió su
arte de la misma diosa Atenea, llegando a inventar naves que navegaban bajo el
mar. Dédalo por envidia acabó con su sobrino Talos. Por eso se tuvo que exiliar
a la isla de Creta, donde el rey Minos lo recibió muy bien y le encargó muchos
trabajos.
El
rey Minos había ofendido al rey Poseidón, por lo que en venganza el dios hizo
que su esposa se enamorara de un toro. De esta unión nació el Minotauro, un
monstruo mitad hombre y mitad toro. Para encerrarlo, Minos ordenó a Dédalo
construir un laberinto formado por muchos pasadizos, del que era imposible salir.
Pero Minos, para que nadie supiera cómo huir de él, encerró también a Dédalo y
a su hijo Ícaro. Estuvieron allí encerrados hasta que Dédalo fabricó unas alas
con plumas de pájaros y cera de abejas, con las que podrían escapar. Antes de
salir, Dédalo le advirtió a su hijo Ícaro que no volara demasiado alto, porque
si se acercaba al sol, la cera de sus alas se derretiría y tampoco demasiado
bajo porque las alas se mojarían, y se harían demasiado pesadas. Empezaron el
viaje y al principio Ícaro obedeció sus consejos, pero después empezó a volar
cada vez más alto y olvidándose de los consejos de su padre, se acercó tanto al
sol que se derritió la cera que sujetaba las plumas de sus alas, cayó al
mar y se ahogó. En cambio Dédalo llegó a la isla de Sicilia, donde vivió hasta
su muerte.
Dédalo
se convierte en el prototipo del inventor y el patrón del saber técnico.
SIRINGA Y PAN
Pan era un dios de aspecto
tan desagradable que al verlo todos huían (de ahí la palabra pánico). Tenía un
torso humano muy velludo, con apariencia caprina de cintura para
abajo y con cuernos de cabra en su frente. Formó parte del consejo de Dionisos.
Dios de pastores y de la naturaleza salvaje, vivía en lo más profundo
de los bosques y montañas y no dudaba en salir de ellos para lanzarse en
persecución de las ninfas.
Siringa, era una
ninfa de la Arcadia y en cierta ocasión, perseguida por Pan, huyó horrorizada y
trató de esconderse entre la vegetación del agua del río Ladón. Para salvarla
del acoso del sátiro, el dios-río Ladón según unos, sus hermanas las ninfas,
según otros, convirtieron a la ninfa en cañas, que crecen junto al rio, Pan la
busca desesperadamente pero solo escucha el agradable sonido que producen el
viento al silbar entre las cañas. Arrepentido de su acoso corta una de las
cañas, la trocea y une sus partes con cera, construyendo así un instrumento
musical: la Siringa o Flauta de Pan.
Así esta historia es una muestra más
de un caso de acoso hacia una mujer en la mitología.
MITO DEL DILUVIO (NOÉ)
En el primer libro de la Biblia,
el Génesis,
se cuenta que Dios había decidido castigar a la humanidad por sus males, pero
avisó a Noé,
que era justo. Este construyó un arca en
la que salvó a su familia y también a parejas de animales, siendo los únicos
sobrevivientes en todo el mundo. Estuvo lloviendo 40 días, tras los cuales todo
el mundo quedó anegado. Finalmente la barca se posó en el monte Ararat.
Luego Noé envió una paloma, que
regresó porque no tuvo donde posarse. Noé envió de nuevo a la paloma y regresó
con una hoja de olivo en su pico, y entonces supo que las aguas se habían
retirado. Noé esperó siete días más y envió a la paloma una vez más, y esta vez
el ave no regresó. Pero tuvo que esperar unos días más, entonces él, su familia
y los animales salieron del Arca, y Noé ofreció un sacrificio a Dios, que
decidió que no volvería a exterminar a todos los seres vivos con aguas de
diluvio, ni habría más diluvio para destruir la tierra. Para recordar esta
promesa, Dios puso el arco
iris en
las nubes.
Detrás de esta leyenda se esconde el recuerdo de las catastróficas
consecuencias de una inundación producida por un cambio climático natural.
MITO
DEL DILUVIO (DEUCALIÓN Y PIRRA)
Zeus estaba irritado con los hombres de la Edad
de Bronce, pues eran crueles y solo
vivían para la guerra. Por eso Zeus decidió acabar con ellos mediante un gran diluvio.
Pero el titán Prometeo se
enteró y avisó a dos buenas personas, a
Deucalión y a su esposa Pirra. Deucalión era hijo de Prometeo y Clímene,
y su mujer Pirra de Epimeteo y Pandora, la primera mujer. Aconsejado por Prometeo, Deucalión
construyó un arca, un gran cofre en el que se metieron. Durante nueve días y nueve noches estuvo lloviendo
y toda la tierra se inundó. Ellos navegaron en su arca hasta que
llegaron a las montañas de Tesalia.
Allí desembarcaron y cuando las aguas se retiraron se dirigieron al oráculo de Temis para
consultar cómo debían repoblar la tierra. El oráculo mandó a Deucalión y a
Pirra que lanzasen los huesos de
su madre por encima de sus hombros, sin volver la vista atrás.
En un primer momento Pirra se
espantó de esta impiedad pero comprendió que se trataba de piedras, los huesos de Gea, la madre tierra.
Así que Deucalión arrojó piedras por encima de sus hombros y de éstas nacían
hombres, y de las lanzadas por Pirra, mujeres.
Detrás de esta leyenda se esconde el recuerdo de las catastróficas
consecuencias de una inundación producida por un cambio climático natural.
ZEUS/JÚPITER
Cronos era el rey del mundo. Tras haber destronado a sus
padres, Cronos se apropió del cielo y se casó con su hermana Rea. Tras ser
advertido por un oráculo de que uno de sus hijos lo destronaría, quiso burlar
su destino devorando a cada uno de sus hijos.
Rea, para salvar al pequeño Zeus, lo parió secretamente
y, posteriormente, llevó a Cronos una piedra envuelta en pañales que el titán
devoró. Zeus se crio en la tierra, amamantado por la cabra Amaltea y, cuando
creció, supo que su destino era derrocar a su padre. Libera a sus hermanos,
derrota a Cronos y encierra a este junto a los titanes en lo más profundo del
Tártaro. Finalmente, se reparte el
territorio con sus hermanos, gobernando Zeus en el Olimpo, su hermano Poseidón
en las aguas y su otro hermano, Hades, los infiernos.
En este mito se transmite que un gobernante, muchas
veces, es capaz de todo por mantenerse en el poder, y que sus rivales hacen lo
que sea para derrocarle y quedarse con dicho poder, llegando incluso a generar
conflictos o guerras.
ÁRTEMIS/DIANA
Ártemis era la diosa griega de la luna y de la caza. Pese
a ello, protegía a los animales salvajes y mansos, así como a toda la
naturaleza. También protegía la agricultura, la ganadería y la caza.
Un día, un cazador llamado Acteón tropezó con Ártemis.
Ella estaba disfrutando del paisaje desde la orilla de un arroyo. Lo respetable
hubiera sido dejarla en paz, pero Acteón se encontró cautivado por la diosa y
su presencia, y la contempló desnuda. Ártemis finalmente lo vio y su ira se
apoderó de él. Ella lo convirtió en un ciervo.
Acto seguido, los perros de Acteón, que no se daban
cuenta de lo que le había pasado a su dueño, atacaron al ciervo y lo devoraron.
Este mito transmite la necesidad de respetar el medio
ambiente y la naturaleza. Ártemis, como diosa de la naturaleza, era considerada
una representación de la misma. Acteón no respeta la tranquilidad de la diosa,
por lo que recibe un castigo merecido.
APOLO Y DAFNE
Apolo,
dios de las artes y la música, fue maldecido por el joven Eros después de que
se burlase de este por jugar con un arco y flechas. Eros tomó dos flechas, una
de oro y una de plomo. La de oro incitaba el amor, y la de plomo incitaba el
rechazo. Con la flecha de oro disparó a Apolo, y con la de polo disparó a la
ninfa Dafne, por lo que Apolo se enamoró de Dafne y, en cambio, ella aborreció
al dios.
A
partir de ese momento, Apolo comenzó a acosar a Dafne continuamente, pese a que
esta le había rechazado una y otra vez. Una de esas veces, la ninfa tuvo que
huir corriendo de Apolo, que iba a atraparla. En vista de que el dios la iba a
atrapar, invocó a su padre, el dios-río Peneo, para que lo evitara. De repente,
su piel se convirtió en corteza de árbol, su cabello en hojas y sus brazos en
ramas. Dejó de correr porque sus pies se convirtieron en raíces.
Cuando
Apolo la alcanzó, Dafne se había transformado en un laurel, por lo que el dios
ya no podía llevársela.
En
el mito de Apolo y Dafne hay patente una relación de acoso, en la que Dafne,
habiendo rechazado en varias ocasiones al dios, se ve obligada a huir y a
esconderse, hasta el punto de renunciar a su cuerpo para transformarse en
laurel.
NARCISO
Narciso
era un joven hijo del dios-río Cefiso y de Liriope, una ninfa acuática. El
adivino Tiresias había predicho en su nacimiento que viviría muchos años,
siempre y cuando no se viese a sí mismo. A los 16 años, Narciso era un joven
apuesto, que despertaba la admiración y el deseo de hombres y mujeres. Su
arrogancia era tal que ignoraba los encantos y las palabras amables de los
demás.
Un
día de verano, Narciso descansaba tras la caza junto a un lago de superficie
cristalina que proyectaba su propia imagen, con la que quedó fascinado.
Narciso, enamorado de su imagen, se acercó al agua, hasta tal punto que dejó de
comer y dormir solo para pasarse días enteros contemplándose. A eso se le unió
el sufrimiento de no poder conseguir a su amor, pues, cuando se acercaba al
agua, la imagen desaparecía.
Obsesionado
consigo mismo, Narciso enloqueció. El joven murió con el corazón roto e incluso
en el reino de los muertos siguió hechizado por su propia imagen, a la que
admiraba en las aguas de la laguna Estigia.
De
este mito surge el término “narcisismo” para definir la excesiva consideración
de uno mismo. Este siempre ha estado presente, pero, hoy en día, se ha adaptado
a la sociedad digital, ya que se puede observar a gran cantidad de personas
contemplando obsesionadas su imagen en el reflejo de las “aguas” de las redes
sociales.
HERACLES/HÉRCULES
El dios Zeus, tras dejar embarazada de Heracles a la
mortal Alcmena, proclamó que el próximo hijo nacido en esa casa se convertiría
en rey. Al oír esto Hera, esposa de Zeus, hizo que Euristeo, hermano de
Heracles, naciera dos meses antes y le arrebatara el trono.
Años más tarde, la diosa Hera provocó a Heracles un
ataque de locura por el que mató a su mujer, a sus dos hijos y a dos de sus
sobrinos con sus propias manos. Cuando recuperó la cordura y se dio cuenta de
lo que había hecho, se aisló del mundo. Posteriormente, arrepentido, viajó al
oráculo de Delfos suplicar su perdón. La penitencia del oráculo fue que tenía
que llevar a cabo doce trabajos ordenados por su hermano Euristeo, quien le
había quitado su derecho al trono y al que odiaba.
Estos doce trabajos fueron: estrangular al león de Nemea,
matar a la hidra de Lerna, capturar vivo al jabalí de Erimanto, limpiar los
establos de Augías en un solo día, matar a flechazos a las aves del Estínfalo,
domar al toro de Creta, robar las yeguas de Diomedes, robar el cinturón de
Hipólita, robar el ganado de Gerión, robar las manzanas doradas del jardín de
las Hespérides y raptar Cerbero, el perro del inframundo y llevárselo a
Euristeo.
Una vez finalizó estos trabajos, Heracles cumplió la
penitencia que le habían impuesto y fue perdonado.
La realización de estos trabajos heroicos por parte de
Heracles caracteriza al mundo griego arcaico, junto con el triunfo en las
pruebas atléticas, como una cultura basada en el esfuerzo y la superación
personal, en la que los errores muchas veces se subsanan mediante la
realización de hazañas o pruebas.
ENEAS
Eneas fue un héroe troyano, hijo del rey Anquises y de la
diosa Venus, que huyó de Troya tras la guerra que destruyó dicha ciudad,
guiando a los supervivientes. Este héroe tenía un cometido encomendado por su
propia madre: llegar a Italia y fundar una dinastía cuyos herederos fundarían
la ciudad de Roma.
En muchas ocasiones, Eneas dudó entre si cumplir su
cometido o quedarse, feliz en su ciudad. La más célebre de esas ocasiones fue
cuando el héroe llegó a Cartago (en la actual Túnez). Esta ciudad estaba gobernada
por la reina Dido, de la cual Eneas se enamoró. Aunque este amor fue recíproco,
Júpiter le ordenó abandonar Cartago, hecho por el cual la reina se suicidó y
comenzó la enemistad entre Roma y Cartago.
Finalmente, Eneas llegó a Italia, derrotó al rey Turno y
su tribu de los rútulos y cumplió con su cometido de fundar una dinastía, cuyos
descendientes serían Rómulo y Remo, fundadores de la ciudad de Roma.
En este mito, uno de los aspectos destacados es el de la
fuerza de voluntad de Eneas, que cumple con sus responsabilidades pese a
cualquier otro aliciente que le condujera a incumplirlas.
ODISEO/ULISES
Odiseo fue uno de los héroes legendarios que combatieron
en el bando aqueo en la guerra de Troya y que da nombre a la Odisea,
obra de la que es protagonista. En dicha obra, se narra el viaje del héroe
durante 10 años hasta regresar a la isla de Ítaca, su patria natal, donde lo
esperaban su esposa Penélope y su hijo Telémaco.
En las aventuras que vivió el héroe, no en todas las
ocasiones fue bien acogido. Uno de estos casos fue el de la tribu de los
lestrigones: unos gigantes antropófagos que, no solo intentaron devorar a
Odiseo y todo su ejército, sino que también fueron recibidos con lanzamientos
de piedras, evitando su entrada en el país.
Sin embargo, el propio Odiseo, tras un naufragio, fue
bien acogido por los feacios, cuyo rey, Alcínoo, incluso le recibió en su
corte. Dicho rey escuchará la historia del héroe y le ayudará a regresar a su
patria poniendo a su disposición un barco y toda su tripulación.
Este mito pone de manifiesto, entre otras cosas, el papel
de Odiseo como un refugiado, que tiene el único objetivo de volver a su patria,
y que pasa por diversas aventuras, en las cuales es acogido de mala manera,
como ocurre con los lestrigones, o de la manera que es debido, como ocurre en
la corte de los feacios.
FILEMÓN Y BAUCIS
Un
día, Zeus y Hermes, transformados en mendigos, llegaron a la ciudad de Frigia
en medio de una gran tormenta. Allí, pidieron a sus habitantes un lugar para pasar
la noche. Todo el mundo se negaba a acogerlos y les cerraban las puertas de sus
casas. Solo una pareja de ancianos, Filemón y Baucis, les permitieron entrar en
su humilde cabaña. Después de servir comida y vino a sus invitados, Baucis notó
que, a pesar de llenar varias veces los vasos de sus visitantes, la jarra de
vino estaba aún llena. Entonces, se dio cuenta de que esos pobres mendigos eran
en realidad dioses. Pensando que la humilde comida servida no era digna de
tales invitados, Filemón decidió ofrecerles el único ganso que guardaban en
casa. Entonces, Zeus le dijo que no era necesario sacrificar al animal.
El
dios, posteriormente, avisó a la pareja de que la ciudad iba a ser destruida
junto con aquellos que les habían negado la entrada. Zeus destruyó todo excepto
la casa de Filemón y Baucis, que posteriormente se convertiría en un templo,
del cual ambos serían guardianes hasta el final de sus vidas. Tras su muerte,
Zeus los convirtió en árboles que aún hoy, custodian el templo.
En
este mito está patente el tema de la ayuda al prójimo, sobre todo cuando este
se encuentra sumido en la pobreza. En la actualidad, el papel de Zeus y Hermes
lo “interpretan” los millones de refugiados e inmigrantes a los que muchos
países les cierran las puertas, al igual que hacían los habitantes de Frigia.
MIDAS
Midas
era el rey de Frigia. Aparece en la mitología relacionado con el dios del vino,
Dioniso. El dios dejó Tracia, donde anteriormente vivía, tras la muerte del
cantante Orfeo. Su viejo guardián, Sileno, bebido como siempre, se perdió por
el camino. Fueron recogidos por los agricultores frigios, que le llevaron ante
Midas. El rey reconoció de inmediato a Dioniso y le organizó un banquete en su
honor. Después el dios, agradecido por su gran recibimiento, quiso conceder a
Midas lo que él quisiera. El rey deseó que todo lo que tocase se convirtiese en
oro, para tener riquezas ilimitadas. El deseo se cumplió y, al principio, Midas
estaba encantado con la novedad, pues podía tener todo el oro que quisiera
únicamente tocando cualquier objeto con sus manos. Sin embargo, este deseo
hacía que incluso la comida y bebida que tocase se convirtiera en oro.
Midas,
al darse cuenta de que así estaba condenado a morir de hambre y sed, rogó a Dioniso que le
liberara de sus “manos de oro”. Así lo hizo el dios, ordenándole que se lavase
las manos en el río Páctolo, donde siempre se ha encontrado oro desde entonces.
En
este mito se trata el tema de la avaricia y el deseo por poseer riquezas, tan
presente en nuestra sociedad actual. Se advierte de que “el dinero no da la
felicidad” y, en ocasiones, trae más problemas que beneficios.
TIRESIAS
Tiresias, joven adivino, paseaba por el monte cuando se
topó con dos serpientes copulando. Entonces, Tiresias cogió un palo y mató a
golpes a la hembra. Como castigo por ese proceder, la diosa Hera lo transformó
en mujer.
Pasó como mujer siete años, en los que tuvo incluso que
prostituirse para sobrevivir. Un buen día, Tiresias volvió a encontrar a dos
serpientes copulando, pero en esta ocasión las dejó en paz, por lo que la diosa
Hera le devolvió su género masculino.
Existe otra variante del mito en la que Tiresias nació mujer
y fue acosada por el dios Apolo. Como castigo por negarse a acostarse con él,
el dios la transformó en hombre y la condenó a sentir deseo sexual y no lograr
desahogo.
En este mito queda patente la cuestión de género.
Tiresias, en ambas versiones, vive como hombre y como mujer. Con este mito, se
pretende, en nuestro caso, normalizar la situación de las personas trans y de
género fluido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario